Una mucosa nasal limpia e hidratada ayuda a prevenir afecciones pulmonares en niños y adultos.
Según la OMS, las infecciones respiratorias son la principal causa infecciosa de morbilidad y mortalidad en el mundo, en especial en niños y adultos mayores.
Usualmente son producidas por virus, pero en algunos casos pueden ser provocadas por bacterias.
La mayoría son leves, como una gripe, pero también pueden ser graves como la neumonía.
En general, las infecciones respiratorias se transmiten por contacto con superficies contaminadas o al inhalar partículas infectadas en el aire.
Debido a esto, una de las principales puertas de entrada es la nariz. Esta actúa como una barrera protectora contra la entrada de polvo, virus y bacterias.
Por ello, su correcto funcionamiento contribuye a mantenernos sanos y prevenir infecciones respiratorias.
Para mantener la nariz limpia e hidratada, se debe evitar la exposición a lugares con mucha polución, o estar en contacto con personas con síntomas respiratorios.
Si presentamos abundante congestión, es importante conservar la permeabilidad de la nariz limpiándola constantemente, o haciendo lavados nasales, en especial en aquellas personas con una predisposición a la rinitis alérgica u otras enfermedades.
La ventaja de los lavados nasales es que, además de eliminar el exceso de moco, también nos ayuda a mantener hidratada nuestra mucosa nasal.
Como consecuencia, logramos preservar la función protectora de la nariz.