Osvin López Agustín, es un niño de 10 años, originario de Olopa, Chiquimula.
A pesar de su corta edad, ya tiene claro que quiere ser cuando crezca.
Su mayor sueño es formar parte del cuerpo de socorro.
Sueña con ser bombero y ayudar a los demás.
Hoy, ha logrado cumplir ese sueño.
Ha sido nombrado “Bombero Honorario” en la Estación Central del Cuerpo Voluntario de Bomberos (CVB).
Su historia
Osvin quiere salvar vidas, pero, sus padres quieren salvar la de él.
Cuando nació en 2011, el pequeño fue diagnosticado con melanoma ocular, también conocido como cáncer en los ojos.
Los médicos también le detectaron una afección dérmica.
Desde entonces, su familia ha hecho todo lo posible por pagar sus tratamientos y darle la mejor vida que puedan en medio de la enfermedad.
Un padre luchador
Su padre, Don Adelso López, se dedica a la agricultura.
La pandemia ha sido un tiempo retador para muchos, y han tenido que enfrentarse a situaciones difíciles.
Sin embargo, para la familia López las cosas se han complicado mucho más.
La pandemia ha hecho que las fincas restrinjan el ingreso de personas y que hayan dado de baja a varios trabajadores.
Esto ha afectado su estabilidad económica y ha complicado su lucha en tratar la enfermedad de su hijo.
Las tormentas Eta e Iota agravaron aún más la situación.
Para Don Adelso, es muy costoso financiar los traslados desde Olopa hasta la Ciudad de Guatemala donde Osvin recibe sus tratamientos.
Una gota de esperanza
En medio de las dificultades, la esperanza de los niños y su resiliencia siempre es algo admirable.
Gracias a la fundación Erik Quiroa en conjunto con el programa “Alas por un sueño”, Osvin ha cumplido una de sus más grandes ilusiones.
La fundación se dedica a hacer realidad las aspiraciones de niños que son diagnosticados con los distintos tipos de cáncer.
Osvin es un luchador que ha logrado cumplir su sueño y seguirá dando su mejor batalla para vencer el cáncer.