Para Alejandro todo cambió en cuestión de minutos.
El domingo 11 de julio, ya cuando el título de la Selección Argentina campeón de América era cosa juzgada tras el Maracanzao en Brasil, alguien pasó cerca de su puesto en Rosario, lo vio, automáticamente lo relacionó con el héroe de la final a quien lo une un gran parecido, y le grito:
“¡Eh, Fideo!”. Desde entonces, este churrero del Barrio Acindar, de Argentina, duplicó sus ventas y se ve cada vez más sorprendido por el milagro Di María.
Y así como le ocurre al jugador del PSG en cualquier lugar adonde va, ahora también le pasa a Alejandro en su pequeño reducto:Todos sus clientes le piden fotos y se sorprenden al comprobar que sí, que definitivamente se parecen.
“Yo no digo que me parezco pero la gente sí”, dijo el vendedor en declaraciones a Rosario 3, donde también contó que habitualmente lo relacionaban con el jugador surgido en Central y que por eso se ha ganado apodos como “Fideo, Dima o Di María”, pero ahora esa picardía impacta directamente sobre sus finanzas.
El fútbol todo lo puede, más en Rosario, ciudad de fanáticos si los hay.
Pudo darle la revancha al mediocampista luego de tantas frustraciones con la Albiceleste, pudo devolverle la gloria al seleccionado tras 28 años de sequía y pudo impulsar el negocio de Alejandro.
“Yo no digo que soy igual a Di María, ni que me parezco, ni nada”, aclara como para que nade crea que saca ventaja con sus particulares facciones.
Y recuerda: “Yo soy churrero, vivo de esto, me dedico a esto hace 14 años”.
No es ningún advenedizo, claro está, pero no está nada mal sacar rédito de esta fama inesperada.
“Voy por la calle y algunos me dicen ‘ey, hiciste el gol’”, cerró Alejandro, que celebra especialmente el título de la Selección, pero más el gol de Ángel Di María.
*Con información de TN.com.ar