El gigante farmacéutico estadounidense Johnson & Johnson informó que comenzará a hacer pruebas en humanos en septiembre de su vacuna experimental contra el coronavirus, la cual podría estar disponible para usos de emergencia a principios de 2021.
La compañía anunció el lunes que tiene una inversión conjunta de más de 1.000 millones de dólares con el Departamento de Salud de Estados Unidos para desarrollar y probar la vacuna.
Si estas pruebas tienen el éxito esperado, Johnson & Johnson está preparado para producir más de 1.000 millones de vacunas, agregó.
La medida llega después de que el presidente Donald Trump amplió el domingo la recomendación de distanciamiento social hasta el 30 de abril, y apuntó al 1 de junio como la fecha en que el país comenzará a recuperarse de la pandemia.
“El pico, el punto más álgido del índice de muertes es probable que llegue dentro de dos semanas. Nada sería peor que cantar victoria antes de hacernos con ella”, dijo Trump.
El director ejecutivo de Company Johnson & Johnson, Alex Gorsky, dijo al programa “Today” de la cadena NBC que las primeras señales de la investigación reflejan que la vacuna experimental podría ser efectiva.
“Tenemos un candidato que tiene un alto grado de probabilidad de ser exitoso contra el COVID-19”, afirmó.
Gorsky dijo que la compañía planea incrementar la producción de la vacuna en las próximas semanas con el objetivo de tener varios cientos de millones de dosis disponibles para mediados de 2021 y 1.000 millones de dosis para finales del año.
“Tenemos la capacidad de producción para acelerar el proceso en un período de tiempo relativamente corto, para que pueda estar disponible”, explicó.
Otra compañía estadounidense, Moderna Therapeutics, de Cambridge, Massachusetts, ya comenzó las pruebas humanas de su vacuna contra el coronavirus, asociada con los Institutos Nacionales de la Salud.
Todas las vacunas potenciales deben pasar por varias fases para probar que funcionan y que son seguras.
Los científicos observan rigurosamente a todos las personas que se someten a las pruebas para constatar si las vacunas experimentales inducen a una respuesta del sistema inmunológico contra el coronavirus y registrar también los efectos secundarios potenciales.
Los más de 160.000 casos identificados de COVID-19 y más de 3.000 muertes en Estados Unidos hasta la fecha están lejos de la cifra final que se cobrará el coronavirus, según las autoridades sanitarias, que advirtieron que, en el peor de los casos, hasta 200.000 personas pueden llegar a perder la vida.
