El nombre de Margaret Keenan era hasta ayer el secreto mejor guardado del NHS, el sistema nacional de salud de Reino Unido.
Y es que esta mujer de 90 años se ha convertido este martes, sobre las 6.45 de la mañana, en la primera persona en recibir la vacuna contra el Covid-19 en el país. El «V-Day» (o «día de la vacuna», en español), bautizado así por el ministro de Sanidad, Matt Hancock, es histórico, y el primer paso para derrotar a la pandemia de coronavirus que ha acabado hasta el momento con la vida de más de 61.000 personas en Reino Unido. Hancock declaró estar emocionado por lo que calificó como «un triunfo de la ciencia y el ingenio humano».
Keenan recibirá la segunda dosis dentro de 21 días, y tras pasar aislada prácticamente desde marzo, planea convivir con una «pequeña burbuja» familiar una vez que esté totalmente protegida, es decir, una semana después de la segunda inyección.
Cincuenta hospitales recibieron en los últimos días las primeras 800.000 dosis de la vacuna desarrollada por Pfizer/BioNTech, la única autorizada por ahora en el Reino Unido, llegadas desde sus laboratorios en Bélgica.
La nación más castigada de Europa por la pandemia, con más de 61.400 muertes confirmadas, el Reino Unido es el primer país occidental cuyo organismo regulador autorizó el uso de una vacuna. La campaña británica se hará en un primer momento solo en hospitales debido a la necesidad de mantener la vacuna de Pfizer/BioNTech a muy baja temperatura, entre -70ºC y -80ºC. Más adelante se establecerán 1.000 centros de vacunación desde ambulatorios a polideportivos, anunció Hancock.
A su llegada, las dosis habían sido extraídas de sus cajas llenas de hielo seco por técnicos farmacéuticos y colocadas en congeladores especiales. La vacunación se realizará en un orden de prioridades que comienza con residentes y trabajadores de las residencias de adultos mayores, personal médico y mayores de 80 años. Se proseguirá después por grupos de edad regresivos hasta los mayores de 50 años.